Despertar! El tiempo del letargo y aburrimiento de los mensajes reiterativos, sin real esperanza de futuro con que nos inundan los políticos desde que entramos en crisis, parece que está llegando a su fin. Como la luz del Sol en una primavera gris que auguraba un futuro muy oscuro, por fin, algunos tienen el valor de reconocer su indignación!
Desde hace unos días estamos presenciando en muchas ciudades de este país una primavera -¿un mayo 2011 tal vez? - nuestros jóvenes, ese colectivo con frecuencia mal-tratado y despreciado del que algunos quieren hacernos creer que solo les interesa la música ruidosa, el botellón y las drogas, están removiendo los cimientos de una democracia que ha perdido sus valores, preocupando -por fin- una clase política que teme perder sus privilegios.
Curiosamente este grito de alarma e indignación deriva de un escrito de Stéphanne Hessel, apoyado por José luis Sampedro, dos nonagenarios de mente muy lúcida y espíritu luchador que han propiciado este movimiento, con lo cual a mi me parece que no existe distancia generacional, como siempre se nos ha hecho creer; o es que muchos mayores siguen siendo jóvenes de corazón…
Los jóvenes que han nacido en la era de internet, conscientes de la inutilidad de las fronteras y expertos en el manejo de las redes sociales, que ellos mismos han creado para comunicarse instantáneamente POR y CON TODO EL MUNDO, lo cual nunca había ocurrido en la historia de la humanidad, y que son capaces de moverse tanto en el mundo real como el imaginario ó virtual, esos jóvenes a los que nuestra sociedad asolada por LA crisis les está negando el derecho al trabajo a pesar de su preparación y formación en muchos casos, se están rebelando, haciendo oír su voz que hasta ahora no ha sido tenida en cuenta. Quieren participar en lo que está pasando, dejando atrás ideologías obsoletas para el siglo XXI, quieren dejar de ser las victimas pasivas de un sistema moribundo, quieren aportar ideas nuevas para salir de una crisis en la que no han tenido nada que ver pero que sí coarta su vida, anula sus sueños y su futuro y dicho sea de paso también la de los que somos más mayores.
A estas alturas nadie duda ya que la sociedad del futuro pasa por la inter-acción a través de las redes sociales y para ello la mente de estos jóvenes está mejor preparada para adaptarse con flexibilidad y agilidad a un mundo en cambio constante. Ellos no necesitan encasillarse en unas ideologías que les dicten rígidas consignas y den lugar a separaciones entre ellos, quieren comunicarse, compartir sus ideas sin rodeos para trabajar juntos, resolver los problemas y salir TODOS ganando.
Desde la Puerta del Sol: ya era hora de que los espanoles empezaramos a madurar
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