Hace mucho tiempo, un rey colocó una gran roca obstaculizando un camino. Luego se escondió y miró para ver si alguien quitaba la tremenda piedra. Algunos simplemente la rodearon.
Muchos culparon a la autoridad por no mantener los caminos despejados, pero ninguno de ellos hizo nada para sacar la piedra del camino.
Un vecino del pueblo que vivía en el sitio más descampado, pasaba por allí exhausto con un fardo de leña sobre sus hombros; y la vio. Se detuvo, luego se aproximó a ella, puso su carga en el piso trabajosamente y trató de mover la roca a un lado del camino. Después de empujar y empujar hasta llegar a fatigarse mucho, con gran esfuerzo, lo logró.
Mientras recogía su fardo de leña, vio una pequeña bolsita en el suelo, justamente donde antes había estado la roca. La bolsita contenía muchas monedas de oro y una nota del mismo rey diciendo que el premio era para la persona que removiera la roca como recompensa por despejar el camino.
El campesino aprendió ese día que cada obstáculo puede estar disfrazando una oportunidad, tanto para ayudar a los demás como para ayudarse asimismo.
Nubes color de rosa
Acabo de ver los últimos trabajos de tu blog y es que me ha gustado todo, tanto, que sin pensarlo me he hecho visible como seguidora. Lo que escribes sobre Delibes que bonito y que ejemplo de vida sencilla, siendo tan importante.
ResponderEliminarCecilia Bartoli que impresionante mujer, física y vocalmente.
Quand il y a quelque chose a faire aussi bien pour les autres que pour soit même il ne faut pas hesiter a le faire car tôt ou tard ça paye et la recompense en vaut la peine .
ResponderEliminarNo hay ni mal ni bien que cien años dure .Bises