Cae la noche, se pone el sol y el
horizonte de poniente se tiñe de tonos rosados y anaranjados, en el jardín las
sombras se van volviendo cada vez más densas, la atalaya
arbolada se recorta sobre un cielo que se torna azul oscuro. Un aleteo… un
pájaro sale volando.
Desde el jardín pueden verse las
luces de los coches que circulan por la carretera, personas que regresan a sus
casas después de una jornada de trabajo, deseando llegar pronto a su destino
donde les esperan seres queridos para reunirse juntos a la mesa donde pronto se
servirá la cena o en la barra de un bar, donde compartir una copa.
Se acerca lentamente inspirando
los olores intensos de las plantas al atardecer. Entra en la casa, está a
oscuras, se ha ido la luz, busca una vela, los fósforos humedecidos tardan en
encenderse, finalmente una débil llama ilumina un pequeño círculo en la sala,
una sensación extraña, como un soplo de aire, algo se mueve junto a la ventana,
su vello se eriza, su cuerpo se tensa y
por un momento se paraliza, los oídos le zumban y tiene que sujetarse en
el respaldo de un sillón. Pensamiento oscuros y miedos irracionales le asaltan,
¿está cerrada la puerta? ¿habrá entrado alguien? su corazón late más rápido, su
respiración se acorta, siente sus manos húmedas, la vela tiembla en sus manos,
de repente siente que algo que roza su pierna, a punto de soltar un grito, se
queda muda y se oye un suave miaaau…
de bienvenida.
Françoise M.
Sensaciones y miedos que aunque irreales, trastocan nuestro organismo...
ResponderEliminarEs un lindo gatito..Un fuerte abrazo François e.