viernes, 14 de noviembre de 2014

Perseverancia

“El talento es algo bastante corriente. No escasea la inteligencia, sino la constancia”. Doris Lessing

Suele decirse que la ecuación del éxito es : Trabajo + Disciplina + Constancia. Y el éxito consiste en lograr nuestros objetivos, lo cual nos da una sensación de plenitud, de satisfacción y de felicidad.

Muchas veces me encuentro en la consulta con personas que tienen dificultades para organizar su vida y conseguir sus metas, no por falta de talento ni inteligencia, sino por falta de disciplina y de perseverancia.

Todos sabemos que esto es bastante sencillo cuando lo que estamos haciendo, o estudiando es algo con lo cual estamos muy motivados, no nos damos cuenta del esfuerzo que estamos haciendo, ya que interiormente nos sentimos  comprometidos con lo que estamos haciendo y los pasos para llegar a la meta fluyen con toda naturalidad y casi sin esfuerzo, o al menos no tenemos plena consciencia del sacrificio que estamos haciendo, sin embargo, cuesta mucho aplicar esta capacidad de constancia y perseverancia a otros temas que nos motivan menos o incluso que nos resultan aburridos, aunque somos conscientes de que son indispensables para un optimo funcionamiento de nuestra vida.

Pero ¿ cómo hacer para conseguir poner en funcionamiento la motivación y aplicarla a esos otros  aspectos de nuestra vida que queremos mejorar?

En primer lugar debe ser algo importante, que nos va a facilitar la vida, o hacerla más grata y eso es algo que debemos tener claro y no porque alguien nos lo diga, sino porque es una pura cuestión de necesidad personal. No sirve hacerlo por agradar a otros.

Poco a poco al esforzarnos por conseguir esa meta, al adquirir nuevos hábitos que nos permiten poner orden en lo que nos rodea, observamos que ello nos ayuda también a tener las cosas más claras y que nos resulte más llevadera cualquier tarea rutinaria en la que tardamos cada vez menos tiempo y así disponemos de más tiempo para otras cosas que nos gustan más o que nos resultan más beneficiosas.

Otro punto importante para adquirir esos nuevos hábitos consiste en ir modificando los  actuales poco a poco, pongamos que queremos dedicar todos los días un tiempo para meditar o hacer algún tipo de ejercicio físico, tendremos que decidir cual es la mejor hora para nosotros, aquella que no pueda ser interferida o interrumpida por nuestras actividades laborales, familiares o sociales y atenernos a ella en lo posible por una parte y por otra lo mejor es ir poco a poco, incrementando cada día o cada semana el tiempo que le dedicamos hasta  llegar al tiempo optimo.

Para conseguirlo debemos prescindir de algunas otras actividades que realmente no necesitamos, evitar perder el tiempo en cosas que no nos aportan nada, enfocarnos en la meta y ser constantes.

No hay nada más agradable que llegar al final de día con una sensación de haber tenido una jornada completa, con tiempo suficiente para realizar todo aquello que realmente nos llena, nos satisface y nos hace felices.




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